Ciudad de Progreso
La ciudad de Progreso recibe su nombre de la estación de trenes con el mismo nombre.
Cuando en 1866, Don Senén Manuel Rodríguez logró el permiso para construir y explotar la línea férrea entre Montevideo y Durazno, inició las gestiones para concretar el proyecto.Las obras comenzaron en 1867 y en 1869 el tren llegó a Las Piedras.
En tiempos de inestabilidad política, la empresa se encontró en quiebra y con escasa respuesta del público. En 1871, luego de procurar el apoyo financiero de capitales ingleses, las obras reanudaron, y se inauguró la estación de Progreso, en el cruce entre el Camino Real y el Camino Nacional. El nombre alude al principio que movía a estos pioneros del ferrocarril.
Originariamente, este paraje era conocido como puntas de El Gigante o de El Colorado. El toponímico El Gigante refiere a los fósiles de grandes mamíferos extintos que se hallan en los sedimentos de ese arroyo.
Era una parada obligada de tropas y viajeros que recorrían los caminos conocidos como de Las Tropas, camino Al Gigante (Camino Real) y el camino Nacional, donde se instalaron pulperías.
Al lugar se incorporaron inmigrantes italianos, españoles y franceses, dedicados a la agricultura y el comercio, empleados ferroviarios, troperos, que de a poco fueron poblando la zona y dándole su particular carácter vinculado a la producción, por lo cual Progreso es conocida como la Capital Granjera del país.
En 1888, a poco de llegado el ferrocarril, Francisco Piria, a través de su empresa “La Industrial”, efectuó la compra de terrenos para realizar un fraccionamiento que se denominó el Eliseo Argentino. Piria también es el autor de una de las construcciones más emblemáticas de la zona, un chalet de estilo parisino, en dos plantas, con buhardillas, techo de pizarra negra, balcones amplios, columnas y balustradas de mármol, y que posteriormente pasó a manos del Sr. Demoulin Varonne.
El Sr. Demoulin, un francés llegado a Uruguay en 1889, pionero en la plantación de vid en la zona. Su bodega y viñedos, con cepas traídas de su Francia natal, desde fines del siglo pasado viene produciendo vinos bajo el nombre “San José”. Demoulin fue uno de los promotores de la construcción de la Iglesia de San José, de los Hermanos de la Sagrada Familia, procedentes de Francia, quienes fueran por él invitados para evangelizar la zona. Esta congregación se instaló en la zona, fundando su propia granja y bodega Santa Ana. Otro de los promotores para la construcción del templo fue el Dr. Juan B. Morelli, de origen italiano
Otro nombre fuertemente arraigado a la historia de Progreso es el de Otto Nieman, nacido en Argentina y pedagogo de formación. En el año 1924 obtuvo la dirección de la escuela Rural Nº11 de Progreso y en 1925 logró su reconversión en Escuela Experimental de Progreso, que por decreto de ley, junto con las escuelas experimentales de Las Piedras y Malvín, pudieron ensayar métodos pedagógicos basados en el Método Decroly y de acuerdo al modelo de la Escuela Nueva Activa. Esta escuela pasó a ser la Nº204, y lleva el nombre de su fundador.
La casa del Ing. Eduardo García de Zúñiga, un profesional referente de la localidad nacido en 1867, fue posteriormente la sede del Liceo de Progreso, actualmente Casa de Cultural. Inaugurado en el año 1996, el Centro Cultural y Museo de Geociencias fue promovido por la comunidad para ser el centro de referencia local en lo que refiere a actividades educativas, música, arte, teatro, entre otras.
Desde el año 2007 varios inmuebles de Progreso están protegidos con medidas cautelares (Resolución municipal Nº Nº07/06939), algunos ya mencionados como la Iglesia de San José (padrón 2444) y el edificio del ex Liceo Viejo, hoy Centro Cultural de Progreso (padrón 4882), así como el Monasterio o Casona del Santo (padrón 3008 CONFIRMAR). Este último cuenta además con una declaración de Interés Departamental según resolución municipal Nº526 del 23/08/2006.
Fuentes:
Varios Autores. 1996. Revista Conmemorativa. 125 Años del Proceso Fundacional de Progreso. Imprenta Bascans. Canelones.