Luis Pérez Aguirre "Perico" (1941 - 2001)

Sacerdote jesuita, promotor y defensor de los derechos humanos, Luis Pérez Aguirre “Perico”, nació en Montevideo el 22 de abril de 1941. Era el segundo de ocho hermanos de una familia de la élite económica y social uruguaya.

Sus estudios de enseñanza primaria los realizó en el colegio Richard Anderson entre 1946 y 1953. Los estudios secundarios, en el Colegio Sagrado Corazón (ex Seminario), de los padres jesuitas. En 1958 ingresa en la Escuela de Aviación Civil Ángel Adami y realiza su primer vuelo a los 17 años. Dos años antes, en 1956, había escalado la Cordillera de los Andes hasta los 5.000 metros.

Su vocación sacerdotal nace en los años 1960 y comienza el noviciado jesuita: estudia y se gradúa en Humanidades clásicas en Chile (Colegio Loyola). Cursa estudios de Psicología en la Universidad Católica de Valparaíso, Chile. A su regreso a Uruguay, en 1965, ejerce como profesor de Francés y Ciencias Geográficas en el Liceo San Javier de los Padres Jesuitas en Tacuarembó. Entre 1967 y 1970 estudia en la Universidad de Toronto, Canadá, y obtiene un Máster en Ciencias Religiosas.

En 1972 finaliza la Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de San Miguel, Argentina. Sus estudios de posgrado en Sociología los realiza en la Universidad Pontificia de Comillas, en Cantabria, España, en 1978. Había sido ordenado diácono en 1969, en Toronto, y se ordena como sacerdote jesuita el 4 de julio de 1970 en la Parroquia del Sagrado Corazón en Montevideo.

Inicialmente se dedicó al trabajo pastoral entre estudiantes universitarios en la Casa de la Juventud Ramón Cabré pero en 1973 centra sus esfuerzos ayudando a las mujeres que ejercen la prostitución en las calles de Montevideo; en 1975 comienza a vincularse con niños sin familia en La Huella, una Granja-Hogar en Las Piedras, Canelones.

A partir del Golpe de Estado del 27 de junio de 1973 Pérez Aguirre está en la mira de los militares; especialmente, entre 1976 y 1982 es citado numerosas veces por los militares y, en una oportunidad, es torturado en la Jefatura de Policía de Montevideo.

Es miembro fundador junto a Marcos Carámbula, Gonzalo Carámbula y Felisberto V. Carámbula en noviembre de 1979, de la Revista La Plaza, editada en Las Piedras.

En 1981 junto a Adolfo Amexeiras, Marta Delgado, Juan José Mosca, Jorge Osorio y Josefina Plá, entre otros, fundan la sección uruguaya del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) que da apoyo a los familiares de los desaparecidos y reclama el retorno a la democracia y la liberación de los presos políticos.

Es procesado en 1982, por su artículo El guerrero y la paz publicado en La Plaza, en el que afirma que una persona que fue entrenada militarmente para matar es la menos indicada para dirigir una sociedad civil, porque no está capacitada para buscar y encontrar modalidades de paz y conciliación social.

En 1984 Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980, le ofrece la coordinación latinoamericana del SERPAJ; sin embargo, Perico Pérez Aguirre no acepta porque no quiere abandonar su hogar de La Huella.

En el periodo 1986/1990 juntamente con el chileno Fernando Alliaga asume en la condición de coordinadores adjuntos de la Coordinación Gerneral del [(Servicio Paz y Justicia en America Latina)](SERPAJ-AL), oportunidad que la Coordinación General estuvo a cargo de la brasileña Creuza Maciel y la Secretaria Executiva de ese mismo organismo estuvo a cargo del filosofo brasileño Rosalvo Salgueiro, en la ciudad de Rio de Janeiro.

Autor de quince libros editados en numerosas lenguas: ensayos en teología, derechos humanos, pedagogía. Ejerce el periodismo en numerosas revistas y periódicos nacionales e internacionales.

Fue conferencista internacional en instituciones académicas y privadas de numerosos países.

Por su lucha en la defensa de los derechos humanos recibió numerosos premios internacionales y distinciones.

En el año 2000, madres y familiares de detenidos desaparecidos lo proponen para integrar la Comisión para la Paz que el presidente Jorge Batlle acababa de crear. Presidida por el arzobispo Nicolás Cotugno, también la integraron los abogados Carlos Ramela (asesor presidencial), Gonzalo Fernández (asesor de Tabaré Vázquez) y José Claudio Williman, y el histórico dirigente sindical José D'Elía. Con decisión y discreción, Pérez Aguirre trabaja en las gestiones que terminarán con el reencuentro del poeta Juan Gelman con su nieta desaparecida.

El 25 de enero de 2001, Pérez Aguirre muere atropellado por un ómnibus en el balneario Costa Azul mientras paseaba en bicicleta. Ningún conocido fue testigo del accidente y, como no llevaba identificación, murió en el anonimato, como muchas de las personas a las que dedicó su vida. Su cuerpo fue identificado 15 horas después de haber muerto cuando un amigo suyo denunció su ausencia en la comisaría y reconoció la bicicleta que allí le mostraron.

Fue en esta institución jesuita donde el 4 de julio de 1970 se ordenó sacerdote y, también, donde el viernes 26 tuvo lugar su velatorio. A la mañana siguiente, cuando se celebró una misa dirigida por el arzobispo de Montevideo, Nicolás Cotugno, cuya oración fúnebre estuvo a cargo del provincial jesuita Armando Raffo y en la que habló además Mario Costa, amigo personal de Pérez Aguirre y otro de los participantes de la experiencia de La Huella, el templo desbordaba de gente y parecía conmovido hasta sus cimientos por el llanto desgarrador de los muchachos de esa institución de Las Piedras. Costa resumió en una frase tres rasgos clave de Pérez Aguirre:

"Tuvo gran claridad para identificar las causas de la injusticia en la sociedad; tuvo valor para denunciarlas y fuerza para combatirlas, lo que escandalizó a muchos. Muchos de los cuales están acá presentes".

LA HUELLA

Fundada por el sacerdote Roberto García y un grupo de estudiantes y profesionales jóvenes, en 1975 nace la Granja-Hogar La Huella, ubicada en las afueras de Las Piedras y destinada a albergar niños y adolescentes huérfanos o abandonados por sus padres. Pérez Aguirre se vincula al trabajo de La Huella y en 1978 es invitado a vivir allí, donde su primer cuarto fue un antiguo gallinero por el cual desfilarían, para coordinar actividades clandestinas por la reapertura democrática, los más encumbrados dirigentes blancos, colorados y frenteamplistas. Desde entonces La Huella -que él definía como un kibutz, porque allí no existe la propiedad privada- sería su domicilio principal.

En un reportaje realizado por la productora Video Reporte, para su serie “Pensando en voz alta”, Pérez Aguirre se refirió así a La Huella:

“Este hogar nace en plena dictadura, quienes ayudaron a concretarlo decían que no querían demostrar nada sino mostrar que se podía organizar la vida social o la sociedad con otros valores, con otros criterios. Allí en esa propiedad comunitaria se trabaja el campo produciendo leche, criando cerdos que sirven para vivir. En el trabajo participamos grandes y chicos. La división de roles en función del género masculino y femenino como habitualmente se hace en la sociedad allí está cuestionada ya que se distribuyen las tareas de acuerdo a talentos y no de acuerdo a lo que se dice sobre ‘hombres más fuertes o mujeres más débiles’.”

En 2007, fue descubierta una placa recordatoria al padre Luis Pérez Aguirre, “Perico”, en Ruta 48 a la entrada del Hogar “La Huella”, en los accesos a la ciudad canaria de Las Piedras.

Promotor y defensor de los derechos humanos y la justicia social. Integró el equipo fundacional de “La Huella”, viviendo en ella. Fue miembro fundador de la revista “La Plaza”. Fue cofundador en 1981, de la sección uruguaya del Servicio de Paz y Justicia (SEPAJ).

Fuentes:
“Luis Pérez Aguirre”, por Guillermo Waksman, en Biblioteca Digital – Acervo documental en línea del CREFAL.
“Luis Pérez Aguirre: Huellas de una vida”, de Héctor Luna, Trilce, Montevideo, 1997.
La Onda Digital – N° 23. Del 29/01/01 al 11/02/01.