El pasado miércoles 6 de junio, en horas de la tarde, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, visitó la Comunidad Terapéutica Bethania. Esta comunidad abrió sus puertas en Uruguay y en el departamento de Canelones hace 11 años y tiene actualmente 49 usuarios. Funciona bajo el modelo de estancia, tomando esta idea de centros de Brasil. Está dirigido por jóvenes adictos que se recuperaron y salieron del mundo de las drogas.

El objetivo de Bethania es brindar un espacio para que las personas que tienen problemáticas con drogas puedan tener recursos para conocer su enfermedad y entrar en un programa para salir adelante.

Un grupo de profesionales especializados en la materia componen el equipo técnico del centro privado. Entre ellos se encuentran psiquiatras, que se encargan de brindar las medicaciones para que los internos no sean sometidos a un estrés innecesario, y también psicólogos que los ayudan en los procesos mentales.

Particularmente la drogadicción es una enfermedad que va desplazando los valores de la vida de las personas. Debido al consumo se rompen los vínculos con la familia y con el trabajo, entre otras cosas que hacen que un ser humano pueda desarrollarse como tal.

La primer generación de usuarios llegó a la Comunidad Bethania en marzo del 2012 y desde entonces han pasado por allí aproximadamente 500 personas. El entrenamiento (como lo llaman allí) demora 9 meses, ese período se divide en tres etapas, la primera es de desintoxicación, la segunda de concientización y cambio de comportamiento y la última consta de un proceso de reinserción sociolaboral.

Fernando Frontán forma parte del equipo de dirección del centro y participó de la recorrida con el intendente canario. Fernando expresó que “lo más importante en este entrenamiento es que las personas se encuentren a sí mismas, puedan conocer la dificultad con la que tienen que convivir y puedan entrenarse para vivir más allá de las frustraciones. Un adicto tiene una muy baja tolerancia a la frustración y por lo general logra establecerse como dependiente, no sólo químico sino psicológico, emocional y afectivo”.

“Si hay un adicto, hay una familia entorno a ese adicto, y por lo tanto la familia pasa a desarrollar una enfermedad que se llama la codependencia, y aquí tratamos integralmente todos esos procesos. El interno vive aislado socialmente, dándose la oportunidad de encontrarse consigo mismo, y la familia trata su codependencia en los grupos de amor exigente.” Estos grupos se encuentran en la ciudad de Las Piedras y en Ciudad de la Costa.

Frontán indicó que surgió del intendente el interés por conocer el lugar. “El intendente quiso conocer este lugar, y a nosotros nos parece interesante que las autoridades públicas presten atención a estas cosas, porque la realidad es que la droga está enloqueciendo al pueblo.”

Fernando remarcó que no es imposible salir de las drogas y la familia es muy importante en ese proceso. “Lo que nos interesa es que nuestras familias y todas las familias puedan acceder a recursos para superar esta problemática. Se puede salir de las drogas y se puede tener una vida de calidad. Nosotros queremos que los adictos tengan vida de calidad y puedan ser reinsertos socialmente con calidad de vida para ellos, para sus familias y para la comunidad.”