El espacio público tiene un rol fundamental en las ciudades, les da forma, les da identidad, es generador de lugares de encuentro ciudadano. El espacio público se plantea entonces como elemento ordenador de la ciudad. La futura plaza Dieste fue diseñada teniendo en cuenta la creación de una nueva centralidad cívico religiosa. Es por eso que el diseño del espacio público cobra un rol fundamental integrando esta transición de lo religioso a lo cívico, de lo público a lo privado, integrando la calle al proyecto plaza. La plaza se concibe como un elemento que realza el protagonismo de la maravillosa iglesia Cristo Obrero, obra de Dieste. Se proyecta un espacio accesible, que invite al relacionamiento social, un espacio seguro, de recreación y de contemplación, funcional y acogedor. El proyecto retoma las trazas del padrón donde hoy se encuentra la iglesia dotando a la calle yla plaza de texturas, materiales y equipamiento urbano contemporáneos. La inserción de una pizarra de vidrio donde se relatará la historia de la iglesia —en el marco de las obras de Dieste y sus distintas etapas— permite al visitante conocer más de la obra del maestro.
Se pretende un espacio que invite a recorrer la iglesia, a fotografiarla con primeros planos de interés, pero también a ser disfrutado por personas de todas las edades integrando un sector de juegos, un sector verde y un sector de información hoistórica. Imaginamos esta plaza como un sitio donde espacio público y patrimonio se potencian en la recuperación de la memoria, en el disfrute de la historia, pero también en la consolidación de nuevos usos complementarios que ponen en valor el patrimonio tangible e intangible.