Proyecto Nueva Esperanza: 19 familias ya tienen nuevas viviendas

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Se realizó la entrega de las tres últimas viviendas del proyecto Nueva Esperanza, que completan un total de 19. Esto marca un punto clave en este proceso que se ha venido llevando a cabo durante años y que ha transformado la realidad del barrio, así como la calidad de vida de las familias que allí residen.

Ubicado en Solymar norte, este barrio surgió de la ocupación de terrenos privados. Tras la formación de la Asociación Civil Nueva Esperanza (ACNE), se iniciaron negociaciones con el Gobierno de Canelones para regularizar la situación del barrio. La Intendencia, en un esfuerzo colaborativo, adquirió los terrenos y presentó el proyecto al Plan de Mejoramiento de Barrios del Ministerio de Vivienda. Esta colaboración no solo se enfocó en la construcción de viviendas, sino que también abordó problemáticas esenciales que afectaban la calidad de vida de los habitantes como el hacinamiento, los encharcamientos debido a dificultades en el drenaje y la presencia constante de barro.

El Director General de la Agencia de Vivienda de Canelones, Rodrigo Amengual, subrayó que este proyecto fue el resultado de un esfuerzo coordinado entre la comunidad, el Gobierno Departamental y el Gobierno Nacional. Agregó que el trabajo de la Intendencia consistió en ceder los terrenos, gestionar el financiamiento del Plan de Mejoramiento de Barrios y llevar a cabo un plan integral, que incluyó la construcción de 19 viviendas adaptadas a las necesidades de las familias, la reubicación de cinco familias a través del programa de compra de vivienda usada, la regularización de la totalidad de las viviendas y mejoras en la infraestructura urbana.

Dentro de las mejoras del barrio se engloban las intervenciones en calles, alumbrado público, saneamiento, conexión de agua y electricidad, así como la construcción de un centro comunitario y la remodelación de una plaza, que permitirá actividades culturales y recreativas. Además, se entregaron canastas para la remodelación de baños en las viviendas más precarias. Este conjunto de acciones está generando un impacto directo e indirecto en las vidas de más de 150 familias.

Teresita Rivera, una de las beneficiarias del proyecto, compartió su perspectiva y enfatizó que, aunque el objetivo original era la regularización del barrio y la entrega de títulos de propiedad, el resultado superó las expectativas al materializarse en la entrega de viviendas. Asimismo, destacó que “estas casas representan una vivienda digna, que para nosotros es un verdadero lujo”.

Por su parte, Mónica Roca ha sido testigo de la transformación del barrio desde sus primeros días y expresó su profundo agradecimiento tanto a la Intendencia como a las personas que han trabajado de cerca con las situaciones del barrio. Con una vivienda de cuatro dormitorios, Mónica comparte su hogar con sus cuatro hijas y dos nietos. Reflexionó sobre la importancia de que “cada uno tenga derecho a tener una llave para abrir su puerta y brindarle un hogar a sus hijos”. La entrega de estos hogares trasciende la construcción de viviendas, ya que simboliza la concreción de las diversas aspiraciones de las familias y la construcción de una sólida comunidad.

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