Pueblo Bolívar, localidad de 139 habitantes ubicada al norte de Canelones, cuyo nombre rinde homenaje al prócer venezolano Simón Bolívar, abrió sus brazos para recibir un emotivo homenaje al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, que fue el primer mandatario extranjero en llegar al pueblo.

La mañana del sábado, Bolívar presentaba un ritmo atípico. Lentamente el Centro Cívico -donado por el propio gobierno de Chávez- comenzó a ser el centro de atención. Allí, comenzaban a llegar los invitados y la gente del pueblo. Los gurises de la escuela lucían impecables sus túnicas, y portaban los pabellones patrios, junto al pabellón venezolano. Autoridades varias,entre ellas de la petrolera venezolana PDVSA, diplomáticos, militantes,sindicalistas -especialmente de las empresas recuperadas con el apoyo del gobierno venezolano- políticos y periodistas, se mezclaban con los locales en sentido homenaje. Muchas banderas venezolanas, gorros, camperas y remeras con la cara de Chávez, “el Líder” para muchos venezolanos, y aquel presidente que dejó una huella indeleble en tierras canarias para los pobladores de Bolívar. El evento naturalmente contó con la presencia del Intendente de Canelones Marcos Carámbula, gestor de esta iniciativa, así como también el Secretario General de la Comuna, Prof. Yamandú Orsi, el alcalde de Tala Mario Pérez y la mayoría de las autoridades canarias. Pero también estuvo presente el Presidente de la República, José Mujica, sentado entre el Intendente canario y el embajador venezolano Julio Ramón Chirino, el Sub-secretario del Ministerio de Relaciones exteriores, Sr.Roberto Conde,el presidente del Directorio del BPS, Maestro Ernesto Murro y los diputados Adrián Peña y Raúl Olivera.

La parte oratoria estuvo marcada por la vocación latinoamericanista de Chávez, su solidaridad y legado. Para el alcalde de Tala Mario Pérez, Chávez “fue un hombre de Patria Grande, que unió América Latina con su pensamiento, a algunos nos gustará y a otros no, pero no podemos dejar de reconocer la valía del presidente”. Tras citar un extracto de “El Mundo”, cuento de “El libro de los abrazos” de Eduardo Galeano, cerró su intervención diciendo que “el espíritu guerrero, el espíritu de fuego del comandante flota sobre su gente y dejará una huella imborrable en el colectivo de nuestra América”.

El embajador de la República Bolivariana de Venezuela Julio Ramón Chirino agradeció profundamente a la Intendencia de Canelones y al pueblo uruguayo por la solidaridad que han expresado, y destacó a Chávez como “un hombre que no vivió sólo en una época, sino que en el caso de Venezuela construyó un nuevo tiempo. El presidente Chávez fue quien nos permitió ir abriendo poco a poco los ojos vendados que nos habían dejado las derrotas de la independencia latinoamericana”. A su vez, lo definió como una “llama eterna”, que le permite a los venezoalnos “decir que sí se puede un mundo mejor, un mundo posible”

El intendente de Canelones cerró la oratoria con un discurso marcado por el agradecimiento. Definió a este acto como un “gesto imprescindible” hacia el comandante y presidente Chávez y el pueblo venezolano. Tras destacar las obras realizadas junto a Venezuela de un tiempo a esta parte en Pueblo Bolívar y reconocer que “falta mucho por hacer” reafirmó el compromiso y expresó: “no volveremos atrás porque peleamos y luchamos por la sociedad de los derechos, para que los invisibles sean visibles en sus conquistas”. “Desde el pie, desde los pueblos, desde las localidades, los municipios, las organizaciones sociales, sindicales, culturales, desde allí se construye la integración, pero hace falta decisión política y eso fue Chávez” agregó el intendente.
“Chávez no sólo estaba convencido de aquel sueño bolivariano y artiguista de integración sino que lo practicaba con hechos”, concluyó.

Los rostros pintaban una mezcla de tristeza y esperanza, abrazos varios, llantos y sonrisas. El descubrimiento de una placa en homenaje a la memoria del comandante Chávez dio inicio a la parte artística. Braulio López, ex-integrante del histórico dúo “Los Olimareños” explicó que estaba allí porque sentía un profundo compromiso, y que iba a ser breve, pero los asistentes pidieron bis, y el canto “Simón Bolivar, razón de pueblo profunda” retumbó en el pueblo que lleva su nombre. Momentos después llegó el turno de “Ensamble Musical Simón Bolívar”, que puso el toque venezolano al evento con cantos tradicionales bolivarianos, incluyendo “Linda Barinas”, canto a la ciudad natal de Chávez, que la entonaba cada vez que podía. Para cerrar llegó el turno del consecuente Daniel Viglietti, que hasta cantó una canción nacida hacía horas, y que “podría llamarse Bolivariana”, para terminar cumpliendo con el clásico pedido de la gente y cantar “A desalambrar”.

Así se cerró un emotivo homenaje, no por eso menos peculiar, en un remoto pueblo de Canelones a un presidente venezolano. Este tipo de gestos se explican en la vocación integradora de Chávez, y su profundo compromiso con la “Patria Grande”, tanto en los altos niveles de decisión política como en los vínculos con las comunidades y pueblos de toda la América del Sur. Lentamente Pueblo Bolívar volvía a la normalidad, tras recibir una vez más con los brazos abiertos a Hugo Chávez, esta vez con un sentido homenaje en su memoria.