Plaza Tomás Berreta de Sta. Lucía
La plaza principal de la ciudad de Santa Lucía, denominada Tomás Berreta, ocupa un área de 9.183 metros cuadrados. Su trazado responde al modelo urbano que la corona española seguía como una forma estratégica de poblar aquellos territorios en los que intentaba afianzarse. La fundación de centros poblados debía seguir las instrucciones reales contenidas en lo que se conoce como las Leyes de Indias. De acuerdo a éstas, en los centros poblados las esquinas de las manzanas debían apuntar hacia los cuatro puntos cardinales, con la intención de favorecer el ingreso de la luz natural a las viviendas. Para optimizar la ventilación, a cada lado de la plaza debían desembocar tres calles, lo cual triplica los espacios para la circulación del aire en las plazas, en comparación con las manzanas ocupadas por viviendas .La plaza Tomás Berreta presenta estas características, pues mantiene el trazado original que le diera el capitán Eusebio Vidal, siguiendo las indicaciones del virrey Vértiz. Su superficie está atravesada por sendas peatonales y en el centro se destaca el monumento al General José Artigas, obra del escultor Juan Luís Blanes. Luce además una fuente y un busto dedicado a Grucci.
En el año 2013 se llevó a cabo una importante obra de remodelación y restauración que la posicionará nuevamente, como en sus mejores días.
225Años Proceso Fundacional de Santa Lucía
RESEÑA
Todo comenzó unos años después de que se funda Colonia del Sacramento (por los portugueses), y San Felipe y Santiago de Montevideo (por los españoles). Entre estas dos colonias quedaba una extensa zona que la ocupaban grupos de indios y los llamados ˜faeneros˜ que se dedicaban a la caza y a la faena de animales, para surtir a las colonias del tan preciado cuero para la época. En aquel ir y venir por la campaña, ya sea cazando o arreando el ganado se fueron formando caminos y pasos sobre los ríos que a la postre serían de vital importancia ya que a lo largo de estas vías se irían poblando las estancias y luego formando las futuras villas.
Debido a esta caza indiscriminada de los vacunos, el stock de los mismos comenzó a disminuir en forma notable, el contrabando se hacía cada vez más frecuente ya que al no estar poblada la campaña, ni existir algún control por parte de la corona, cada vez eran más los ˜faeneros y bandeirantes˜ que llegaban a estas tierras, para realizar enormes e indiscriminadas matanzas de animales tanto viejos como jóvenes, y solo extraer el cuero del animal dejando diseminado por la campaña el resto del mismo, fomentando así se multiplicasen las jaurías de perros cimarrones.
Para combatir este mal, el gobernador de Montevideo realiza los primeros repartos de tierra dentro de su jurisdicción, es ahí donde aparecen ˜las estancias˜ que se obtenían ya sea mediante el sorteo frente a los comisionados, o las que otorgaba la corona a título de ˜merced˜. Las llamadas ˜suerte de estancia˜ eran una extensión de tierra de media legua de frente (2.5 Km.) por legua y media de fondo (7.5 Km.) y se calculaba que dentro de la misma existían de 800 a 900 cabezas de ganado.
Con esta medida, se pretendía tener un mejor control sobre las tierras y el ganado, fomentando los asentamientos.
Entre 1772 y 1773, se encontraban las primeras estancias en la llamada ˜región del Santa Lucía˜ cuyos primitivos dueños eran el teniente Antonio Hernández (paraguayo), Tomás Barragán, Bartolomé y Felipe Pérez de Sosa, hermano de María del Cristo Pérez, esposa de Manuel Durán, todos estos enormes hacendados de la época, también Francisco Cabrera y por último la estancia del capitán Antonio Camejo.
El 13 de agosto de 1777, Bartolomé Mitre adquiere en 280 pesos los campos de Antonio Camejo, que se ubicaban con frente al arroyo primer Canelón (hoy Canelón Grande) y fondos sobre el río Santa Lucía. Es en esta suerte de estancia donde comienza el proceso fundacional de Santa Lucía.
En 1779, España e Inglaterra entran en un conflicto armado que durará más o menos unos cinco años. originado por la rebelión contra Inglaterra de las colonias norteamericanas. España y Francia - eran aliadas - y ayudaron a éstas a hacerse independientes, pero el suceso tuvo repercusiones en las regiones del Plata. Este conflicto armado, se desarrolló en gran parte en alta mar, pero debido al inminente peligro que significaba una posible invasión por tierra a los principales puertos del Río de la Plata - Montevideo, Colonia, Buenos Aires, el Virrey, en ese entonces Juan José Vértiz, secundado eficazmente por el Gobernador Joaquín del Pino apresuró las obras de fortificación de la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo.
Corría el año de 1781, cuando llegaron a oídos del Virrey Vértiz, de un probable ataque por los ingleses a los territorios de la Banda Oriental, con tal motivo Vértiz decide reforzar sus líneas de defensa, trayendo todos los soldados disponibles en su jurisdicción y además, le pide al administrador de los pueblos de las Misiones Juan Angel Lazcono, le envíe a Montevideo un contingente de indios misioneros.
El 7 de junio del mismo año dichas milicias se concentraban cerca de Montevideo, pero se originó un problema de alojamiento dentro de la plaza, ya que no existían más cuarteles para estas tropas, de manera que, el Cabildo resolvió enviarlos a las estancias de algunos vecinos. El 1 de agosto parten para establecerse en el río Santa Lucía y se instalan en el predio de la estancia de Bartolomé Mitre; allí levantaron ranchos de paja ˜en forma de población˜ para sus viviendas pero el 14 de octubre de 1781 desertaron del campamento 370 hombres. Por orden del Virrey fueron retiradas las restantes milicias paraguayas y por esa causa quedaron vacíos los ranchos.
Al quedar abandonados dichos ranchos por los indios misioneros, Vértiz dispuso que fueran alojados en ellos, familias peninsulares de las que habían sido destinadas a poblar la patagonia en un frustrado intento colonizador. El Virrey aprovechó así la oportunidad de crear un nuevo pueblo y dar destino fijo a muchas de esas familias, que ocasionaban importantes gastos a las cajas reales, amén del motivado por la preparación militar para la defensa del territorio. Para llevar a cabo el establecimiento de una nueva población dentro de la jurisdicción montevideana, Vértiz ordenó que se trasladasen al rincón llamado de Mitre, el Teniente del Regimiento de Dragones de Almaza, Eusebio Vidal, el Ministro de la Real Hacienda de la plaza de Montevideo, José Francisco de Sostoa y el primer piloto de la Armada, Juan Pascual Callejas. Este último debía proceder al deslinde de solares, medición y amojonamiento de las chacras a repartir a los pobladores. El 9 de noviembre de 1871, con el consentimiento del propietario del campo, se practican las diligencias correspondientes al reparto de tierras. El terreno para tal fin comprendía desde el Paso del Arroyo del Canelón, desde el camino Real directo para Colonia, al Paso del Bote sobre Santa Lucía. Estos tres Comisionados miden y amojonan fuera de lo que sería la Villa, las primeras 33 suertes de chacra, de cien varas de frente por mil de fondo, dejando entre cada dos de ellas un camino común, de cuatro varas de ancho. Formando lo que sería la Villa, se amojonan los primeros solares de 25 varas de frente por 50 de fondo. Ese mismo día, se sortean estas suertes de chacra y solar y al día siguiente, son empadronadas las primeras treinta familias que formaban el llamado ˜campamento de Santa Lucía˜, en un total de 124 personas.
Una vez finalizada la entrega de solares, el 15 de noviembre, los comisionados Vidal y Sostoa, elevan un informe al Virrey Vértiz diciéndole que debían asistírsele a los pobladores al menos por un tiempo con raciones y semillas para comenzar los trabajos sobre las tierras así como facilitar bueyes, arados, caballos, herramientas y útiles. El 26 de noviembre Vértiz dispone que a cada cabeza de familia se le entregue dos bueyes, un caballo, un arado, una pala, una azada y un pico a fin de que pudieran empezar a trabajar los terrenos que se le habían destinado.
El 7 de febrero de 1782, el Virrey Vértiz, luego de analizar el informe entregado por los Comisionados para el reparto de tierras, Eusebio Vidal y Francisco Sostoa, observa que éstos han cometido varios errores en la planificación y reparto de las tierras, de manera y a fin de solucionar este inconveniente, Vértiz decreta que debe hacerse de nuevo la delineación y reparto de las chacras y solares. Para ello, nombra como nuevo ayudante de Eusebio Vidal a Bernardo Tafor. En cumplimiento de la misión que le fuera encomendada Vidal y el Piloto Tafor pasan por la población y reconociendo todo el terreno de Bartolomé Mitre, dispuesto para tal fin, determinan situarla en el lugar más elevado. La futura Villa se formaría en un cuadrado de siete cuadras, estando comprendida la primer cuadra, los edificios de Mitre (casco de la estancia). en la tercera calle situó la plaza y la formó con sus ángulos a los cuatro vientos cardinales, dejando las doce calles que salían a ella con arreglo a las Leyes de Indias. También se destinaron terrenos para casa capitular, cárcel y propios de la Villa; se señaló una cuadra para el edificio de la Iglesia. A cada una de las cuadras de la población le dió las dimensión de 112 varas con sus correspondientes calles de 12 varas castellanas. Luego asignaron otras veinte suertes de chacras frente a las ya repartidas y a la mano derecha del camino Real (hoy Bvar. Federico Capurro), dejando entre cada una, diez varas de camino, para carros y ganado. El camino real que dividía las unas de las otras, lo dotó de veinte varas de ancho.
Los solares para cada poblador tendrían 28 varas de frente por 56 de fondo. Dentro de lo que sería la Villa, ya en esa época Mitre tenía instalado un horno de ladrillos y fuera de ésta y sobre el ˜Paso del Soldado˜ una pulpería. Se destinó igualmente para ejido de la Villa el terreno de los costados y frente de la población por la parte del río Santa Lucía, quedando establecidos y poblados en ese terreno Juan Esteban Berugorría (cuñado de Mitre), José Alberdi y Francisco Icasuriaga, yernos de Mitre. Considerándolos como pobladores se les asignó por suerte de chacra 10 cuadras cúbicas de cien varas, en el mismo terreno que tenían poblado y cultivado e igualmente otra suerte de la misma extensión al mismo Mitre, en atención a las tierras que tenía allí aradas. A Mitre se le señaló una cuadra de terreno frente a la plaza - donde hoy se encuentran las calles Vicente Grucci, Rivera, Almiratti y Artigas- considerando que ocupaban media cuadra. Se señalaron para pastos comunes todas las tierras sobrantes en los fondos de las chacras comprendiendo el gran rincón existente sobre la derecha del paso del Canelón viniendo de Montevideo. Finalizadas estas diligencias realizadas frente a los pobladores, formó el siguiente padrón de las cabezas de familia y realizó el sorteo de los nuevos solares. Estas suerte de solar y chacra le fueron entregadas a 27 familias asturianas, 2 gallegas y 3 del reino de Francia.
Luego de la entrega de solares ,y siguiendo con lo decretado por Vértiz, se procedió a la elección de cabildantes, resultando electos a pluralidad de votos para ejercer el cargo de Alcalde, Don Agustín Hoces de la Guardia, Bernardo del Valle, Pedro de la Vega, Marcelo Mendián y Manuel Alvarez regidores, de Procurador, Ignacio García, de Alguacil mayor, Antonio Sánchez y para Escribano del Cabildo, Antonio Palacios. Una vez que los Comisionados cumplieron con lo encomendado, los pobladores le manifestaron que les era imposible proseguir sus labores con solo un caballo y 2 bueyes que se les había dado pues muchos habían huido y no les habían podido encontrar. Asimismo les hicieron presente la necesidad de que el Virrey les señalara privatorio el monte de leña y madera, por lo menos la orilla del río que quedaba frente a la población y que adoptara las medidas necesarias para la entrega de semillas, pues hasta ese momento no las habían recibido.
El 14 de octubre de 1782 Vidal presenta su informe, junto con el plano y padrón de los pobladores al Abogado Fiscal del Virreinato Dr. Pacheco. Este, al no encontrar reparos de consideración lo eleva al Virrey. El 19 de diciembre de 1782 y desde Montevideo, Vértiz aprueba las diligencias realizadas y encomienda nuevamente a Vidal agilitar los trámites de nombramiento de Cura y formación de Ordenanzas, quedando así fundada la villa , cuyo patrono será San Juan Bautista. En 1782, Eusebio Vidal tuvo a su cargo poner en práctica las Leyes de Indias para la fundación de ciudades, y declara la fundación de Villa de Guadalupe (actual Canelones) y de Santa Lucia.
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Dirección
Av. Rivera, Rep. Argentina, Antonio Legnani y Vicente Grucci