Se conmemoró el 211° aniversario de la Batalla de Las Piedras, donde el Intendente llamó a fortalecer la República y ampliar espacios de diálogo

Acto central en conmemoración de los 211° aniversario de la Batalla de Las Piedras y la 111° edición de las Fiestas Mayas en el Obelisco de Las Piedras

Se conmemoró el 211° aniversario de la Batalla de Las Piedras y la 111° edición de las Fiestas Mayas, con un acto en el Obelisco de la localidad, donde el Intendente Yamandú Orsi llamó a fortalecer la República, ampliar los espacios de diálogo y tender puentes para resolver los problemas de la gente.

Luego de dos años de pandemia, las calles pedrenses fueron el escenario del tradicional desfile militar, de caballería gaucha y de instituciones educativas públicas y privadas, que comenzó en horas de la mañana. El acto central estuvo encabezado por el Intendente de Canelones, Yamandú Orsi, el Presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el Alcalde de Las Piedras, Gustavo González, y la Presidenta del Comité Patriótico, Silvia Malutín. A su vez, contó con la oratoria del Ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, quien habló en representación del Poder Ejecutivo.

La importancia de conmemorar este hecho histórico

Orsi comenzó su discurso expresando su orgullo por estar presente un año más en la conmemoración de esta fecha tan relevante para Canelones y para el país, que marcó un importante hito en nuestra historia. “En este lugar, hace 211 años, un puñado de orientales, constituido como 'pueblo en armas' bajo la conducción del padre Artigas, derrotaba a las fuerzas españolas y daba inicio a un largo proceso de lucha que nos llevaría a la independencia”, sentenció el jerarca canario. Siguiendo con la reseña histórica, el Intendente expresó que esta revolución artiguista fue desde un comienzo popular y radical, al ir a las raíces de los problemas y desafíos de su tiempo. “Procuraba independencia pero también soberanía particular de los pueblos, definiciones republicanas como la libertad en su máxima extensión e independencia plena de los poderes públicos, confederación, justicia social, con el norte emblemático, que sigue vigente hoy como pocas veces antes, de que los más infelices serán –sí, en futuro- los más privilegiados”, señaló Orsi.

En este sentido, aseguró que lo que hemos sido y lo que hoy somos “no se explica sin ese pasado heroico y cargado de coraje, al que debemos recordar como inspiración personal y colectiva cada vez que podemos, y cuyo espíritu tenemos que honrar siempre”. A su vez, agregó que más de dos siglos después de la Batalla de Las Piedras, Uruguay sigue el camino de contribuir a la felicidad común pensando en primer lugar en los que más necesitan, en los vulnerables, en los injustamente marginados. “Así lo entendía el Jefe de los Orientales y así lo entendemos hoy nosotros, dos siglos después, con problemas distintos pero desde la misma inspiración de sus valores”, sostuvo.

Orsi: “Estamos en tiempos difíciles, tanto a nivel mundial como nacional”

El Intendente aseguró que se ha progresado en conseguir lo que Artigas llamaba “la pública felicidad”, pero dijo que los avances no son suficientes y que estamos travesando tiempos difíciles, tanto a nivel mundial como nacional. “A nivel mundial, porque la paz se encuentra amenazada y en riesgo cada vez mayor. Todos los días muere con violencia inconcebible gente inocente en lugares tan diferentes como Ucrania, Líbano, Medio Oriente o África, sin que el sistema internacional logre poner fin a esa sangría. Pero también porque la exclusión de buena parte de la humanidad de los beneficios del progreso genera una gigantesca desigualdad que es fuente de injusticias cada vez más profundas. Lo sabemos demasiado bien, desde nuestra América Latina, el continente más desigual del mundo”, puntualizó el Intendente.

Asimismo, manifestó que a nivel nacional también estamos atravesando una situación compleja, “porque la forma en que muchos uruguayos y muchas uruguayas están viviendo hoy se aleja mucho de condiciones de vida dignas o se sienten amenazadas”. En este sentido, hizo referencia a las 19 personas que han sido asesinadas en lo que va de este mes. “No es una estadística más. Tampoco una forma velada de pasar cuentas políticas. Mencionar esto es una forma de recordar que estamos frente a una situación dramática y que sería terrible acostumbrarnos a ella”, dijo, al tiempo que aclaró que no hay clases de muertes ni muertos “clase A o clase B”, y aseguró que detrás de esas muertes sólo hay tragedia y dolor. “Detrás de cada persona que muere de esa forma hay una expresión de nuestro fracaso colectivo al encarar el tema de la seguridad pública, asunto complejo si los hay, que deberíamos resolver colectivamente, entre todos, con la máxima urgencia y responsabilidad”, apuntó el Intendente Orsi.

En cuanto a la problemática social que atraviesa Uruguay, afirmó que la pandemia nos puso frente al enorme desafío para “asegurar la subsistencia”, especialmente de los sectores más desfavorecidos de la sociedad. “La recuperación económica está ayudando a paliar parte de ese retroceso, pero no alcanza: aún es insuficiente y desigual. Cada año que un niño pasa en la pobreza se compromete su futuro desarrollo físico, emocional e intelectual. Como país, no podemos aceptar pasivamente esa situación: es tiempo de poner manos a la obra para hacer todo lo que podamos hacer”, enfatizó el jerarca canario, y consideró que “no debe haber mejor inversión para un país que evitar que sus ciudadanos caigan en la pobreza o que decaiga abruptamente su nivel de vida”.

Los retos del país para el futuro

Orsi consideró que no son sólo los temas de hoy los que nos desafían, sino que “el futuro también plantea retos sobre los que tenemos que ser capaces de conversar”. En esta línea, habló de la transformación de la educación como un desafío ineludible, “para los que gobiernan hoy y para los que gobernaron ayer, para los docentes, para los padres y para los educandos”. Otro desafío que planteó el Intendente canario fue el de estructurar nuestro sistema de protección social “para tener una vida digna” y hacerlo de una forma que, a la vez que aseguremos un piso básico de bienestar para todas las personas, “cuidemos también que el financiamiento sea justo y que la desigualdad no se dispare de forma tal que unas personas queden, en la práctica, rehenes de otras”.

En cuanto a estos planteos, opinó que “tenemos un enorme desafío republicano en el sentido más artiguista de la palabra” y se hizo las preguntas: “¿no será entonces el tiempo de recuperar ese concepto artiguista de la República? ¿No será el momento de recuperar esa actitud proactiva de debatir los asuntos públicos abierta y francamente sin exclusiones?”. En este sentido, aclaró que “no venimos acá a reclamar responsabilidades que no nos competen, sino que está claro que quien gana las elecciones gobierna, y entre las funciones del gobierno está el tomar decisiones sobre las políticas públicas”, pero a su vez aseguró que un sistema democrático “sano” se nutre también del diálogo entre rivales políticos, “de una construcción pública que, respetando plenamente los roles de gobierno y de oposición, frente a ciertos desafíos, pocos pero centrales, puede y debe ser compartida”. Llamó a “tender puentes” para resolver estas problemáticas planteadas: “Este concepto no debe ser subestimado o banalizado nunca, sobre todo cuando hablamos desde una sociedad democrática como la uruguaya”.

Finalmente, señaló que en Canelones tienen todos los días ejemplos de cooperación entre personas de diferentes partidos: entre autoridades, como ejemplifica la colaboración entre los distintos niveles de gobierno, y en la población, como lo atestiguan el trabajo de vecinos y vecinas en las más diversas organizaciones sociales, las comisiones de fomento de las escuelas, la cooperación en la atención a las urgencias como las ollas populares y la solidaridad espontánea frente a las situaciones difíciles. Antes de concluir su oratoria, reflexionó si no será hora de que esto ocurra también en otros niveles. “Como políticos, sentimos la necesidad de plantearlo. Sin abandonar nuestras creencias, sin dejar de lado nuestros principios y nuestras ideas, sin confundir los roles del gobierno y de la oposición, pero pensando siempre en que construir ese bien común es la única meta de nuestros esfuerzos. En definitiva, volviendo a una vez al sueño artiguista: hacer todo lo posible para construir la pública felicidad”, concluyó.

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